BLOG

Cómo interpretar un contrato de préstamo antes de firmarlo

Firmar un contrato de préstamo no es un simple “acepto y listo”. Es comprometerse legalmente a devolver un dinero bajo ciertas condiciones que pueden jugar a tu favor… o volverse un problema si no las entendés bien. Por eso, antes de poner tu firma, hay que leerlo con calma y saber qué buscar. No se trata de desconfiar de todo, sino de entender exactamente qué estás aceptando.

Por qué no alcanza con “me lo explicaron en la oficina”

Mucha gente confía en lo que le dice el asesor comercial o lo que leyó rápido en un folleto. El problema es que el contrato manda. Lo que está escrito ahí es lo que vale si mañana hay una diferencia o reclamo. Lo que te dijeron verbalmente no siempre tiene validez legal.

Además, un préstamo implica varias obligaciones: cuotas, intereses, seguros, posibles penalizaciones. No entender cada punto puede costarte caro.

Las partes clave de un contrato de préstamo

No todos los contratos se redactan igual, pero en general tienen apartados que conviene revisar con lupa.

Datos del préstamo

Parece obvio, pero acá empieza todo. Asegurate de que estén bien:

  • Monto prestado (el capital que recibís).
  • Moneda (pesos, dólares u otra).
  • Destino si lo aclara (a veces hay préstamos con uso restringido).
  • Fecha de desembolso y de la primera cuota.

Un error acá, aunque sea mínimo, puede generar confusión y problemas después.

Tasa de interés

La tasa es lo que vas a pagar por usar ese dinero. Puede aparecer como:

  • Tasa Nominal Anual (TNA): indica el porcentaje anual, pero no contempla todos los gastos.
  • Tasa Efectiva Anual (TEA): refleja mejor el costo real, ya que considera capitalización.
  • Costo Financiero Total (CFT): incluye intereses, comisiones, seguros e impuestos. Es el número más realista.

La clave: mirá siempre el CFT. Es el que te dice cuánto cuesta realmente el préstamo.

Plazo y forma de pago

Acá ves cuántas cuotas vas a pagar y con qué frecuencia (mensual, quincenal). Fijate:

  • Si las cuotas son fijas o variables.
  • Si podés adelantar pagos sin penalización.
  • Si hay opción de refinanciar en caso de atraso.

Los préstamos con cuota fija son más previsibles. Con cuota variable, la deuda puede aumentar si sube la tasa.

Seguros y comisiones

Muchas veces el contrato incluye seguros obligatorios, como seguro de vida. No son “gratis”: se suman a la cuota. También pueden aparecer comisiones por otorgamiento, mantenimiento de cuenta o gestión de cobranza. Aunque parezcan montos chicos, impactan en el costo final.

Penalizaciones

Acá conviene prestar mucha atención. Algunas cláusulas comunes:

  • Interés punitorio por atraso en el pago.
  • Gastos administrativos por gestión de mora.
  • Cobro anticipado de todas las cuotas si incumplís más de cierto tiempo.

Esto no significa que no debas firmar, pero sí que sepas exactamente qué pasa si un mes no podés pagar a tiempo.

Derechos y obligaciones

El contrato también detalla lo que podés hacer vos y lo que puede hacer la entidad. Por ejemplo:

  • Tu derecho a recibir el detalle del estado de cuenta.
  • La obligación de informar cambios de domicilio o de cuenta bancaria.
  • Las condiciones para cancelar el préstamo antes de tiempo.

Trucos para leer un contrato sin perderte

Leelo en un lugar tranquilo

No lo firmes en la oficina o frente a la computadora si sentís que te apuran. Pedí llevarlo a tu casa o que te lo envíen por mail para revisarlo con calma.

Subrayá lo que no entiendas

No des nada por supuesto. Marcá todo lo que te suene confuso y preguntá. Un buen asesor te lo va a explicar sin problema.

Hacé cuentas

No te quedes con el “son \$20.000 por mes”. Calculá el total que vas a pagar al final. Te vas a sorprender de cuánto se suman los intereses y cargos.

Compará

Si podés, pedí la misma información a dos entidades diferentes. Muchas veces la tasa no es tan distinta, pero sí las comisiones o penalizaciones.

Preguntas que deberías poder responder antes de firmar

Si no podés responder a estas preguntas, todavía no estás listo para firmar:

  1. ¿Cuánto me prestan exactamente?
  2. ¿Cuál es el CFT de este préstamo?
  3. ¿Cuántas cuotas pago y de cuánto es cada una?
  4. ¿Las cuotas son fijas o pueden aumentar?
  5. ¿Puedo pagar antes y ahorrar intereses?
  6. ¿Qué pasa si un mes no puedo pagar?
  7. ¿Hay comisiones que no estén en la cuota?

Señales de alerta en un contrato de préstamo

  • No aparece el CFT por ningún lado.
  • La letra es demasiado pequeña o ilegible.
  • Hay cláusulas vagas como “otros cargos a definir”.
  • No te dan copia del contrato firmado.
  • No permiten que lo leas antes de firmar.

Si ves alguna de estas, pedí aclaraciones o reconsiderá.

Un contrato claro no deja dudas

Un préstamo debería darte tranquilidad, no más preguntas. Cuando el contrato está bien redactado, todo es transparente: sabés el monto exacto que recibís, cuánto vas a devolver, en qué plazos y qué pasa si algo se complica.

Si después de leerlo te queda alguna frase dando vueltas en la cabeza sin respuesta, pedí que te lo expliquen. Y si la explicación sigue sin convencerte o el documento no refleja lo que te dijeron, lo más sensato es frenar antes de firmar.

Firmar un préstamo es un compromiso serio. No se trata solo de aceptar dinero, sino de aceptar las condiciones que vienen con él. Por eso, un contrato que entendés de principio a fin es la mejor garantía de que no habrá sorpresas desagradables en el futuro.

Solicitar Prestamo