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Cómo funciona el onboarding digital para pedir préstamos online

¿Qué es el onboarding digital y por qué cambió la forma de pedir un préstamo?

Pedir un préstamo ya no es lo que era. Lo que antes requería trámites, papeles y tiempo, hoy se puede resolver desde el celular en cuestión de minutos. Sin moverse de casa, sin tener que hablar con nadie, y sin firmar un solo papel.

Ese cambio tiene nombre: onboarding digital. Es, básicamente, todo lo que pasa desde que una persona entra al sitio o app de una financiera hasta que el dinero le llega a su cuenta. Todo digital. Todo automatizado. Pero bien hecho, sin perder seguridad ni claridad en el camino.

De los trámites presenciales al "completo en cinco minutos"

Durante años, sacar un préstamo implicaba perder medio día. Llevar papeles, hacer fila, esperar al oficial de crédito. Hoy, ese proceso se puede hacer en cinco pasos, sin salir de casa.

Esto no es solo un cambio tecnológico. Es un cambio de hábito. La gente ya no quiere pedir permiso en el trabajo para ir al banco. Quiere resolver todo desde el celular, y rápido.

Y eso es justamente lo que permite el onboarding digital: acceder a un préstamo sin vueltas.

¿Qué incluye este proceso?

Aunque cada empresa tiene su sistema, el onboarding digital de un préstamo personal suele incluir:

  • Un formulario inicial para conocer al usuario.
  • Verificación de identidad (a través del DNI y una selfie, por ejemplo).
  • Análisis crediticio.
  • Firma del contrato de forma digital.
  • Acreditación del dinero.

Todo esto sucede en un flujo pensado para que la persona no se frustre, entienda lo que está haciendo y reciba una respuesta lo más rápido posible.

Cómo funciona el onboarding digital paso a paso

Vamos a lo concreto. ¿Qué ve y hace una persona que quiere pedir un préstamo 100 % online?

1. Completar el formulario

Todo empieza cuando la persona entra a la web o la app. Puede llegar desde un anuncio en redes, una búsqueda en Google o porque alguien le pasó el dato.

Lo primero que encuentra es una propuesta clara: por ejemplo, “pedí hasta \$500.000 en cuotas fijas”.

Ahí mismo completa un formulario con datos básicos:

  • Nombre y DNI
  • Celular y mail
  • Cuenta bancaria (CBU o alias)

Con eso, el sistema ya puede empezar a evaluar si califica para un préstamo.

2. Verificación de identidad

Acá entra en juego la tecnología. Para confirmar que quien pide el préstamo es quien dice ser, se le pide:

  • Que saque una foto del DNI (ambos lados).
  • Que se saque una selfie.
  • En algunos casos, que conecte su cuenta bancaria o que verifique su teléfono vía SMS.

Este paso es clave. No solo previene fraudes: genera confianza. Nadie quiere que le presten plata a otra persona usando sus datos.

Y sí, todo esto se hace con sistemas seguros, cifrado, y cumpliendo normas de protección de datos.

3. Análisis crediticio

Una vez validados los datos, llega la parte que define si el préstamo se aprueba o no.

Acá puede haber dos caminos:

  • Que el sistema ya tenga criterios definidos (por ejemplo, si tenés ingresos declarados, historial limpio y chequera activa) y apruebe en el momento.
  • O que un analista revise el caso si hace falta algún detalle más.

Lo que se mira, en general:

  • Si tenés ingresos regulares.
  • Si tu historial crediticio está en orden.
  • Si tenés otros préstamos en curso.
  • Si la cuenta bancaria es tuya y está activa.

Todo esto se cruza con herramientas como Veraz, Nosis o bases propias de la empresa.

4. Oferta y firma digital

Si todo está ok, el sistema te muestra una propuesta: cuánto te pueden prestar, cuántas cuotas, qué tasa vas a pagar, y cuánto te queda por mes.

Todo bien claro. Nada de letras chicas ni condiciones escondidas.

Si aceptás, firmás el contrato de forma digital. ¿Cómo? Puede ser con un código que llega por SMS, con un clic validado por mail, o incluso con tu huella o firma electrónica si estás usando una app más avanzada.

En Argentina, esto tiene validez legal. Así que no hay necesidad de imprimir, firmar y escanear nada.

5. Acreditación

Una vez aprobado el préstamo y firmado el contrato, el dinero se transfiere a tu cuenta.

En algunos casos, es instantáneo. En otros, puede demorar unas horas o hasta 24 hs hábiles. Pero en general, es rápido y sin vueltas.

¿Por qué el onboarding digital es bueno para todos?

Para la persona que pide el préstamo:

  • Puede hacerlo en cualquier momento, desde donde esté.
  • Evita trámites, oficinas y llamadas.
  • Tiene toda la información clara desde el principio.
  • Sabe en pocos minutos si lo aprueban o no.
  • Se siente en control del proceso.

Para la financiera:

  • Automatiza tareas repetitivas y reduce errores.
  • Aumenta la cantidad de solicitudes sin necesidad de ampliar estructura.
  • Detecta fraudes con sistemas de validación biométrica o documental.
  • Mejora la experiencia del cliente, y eso impacta en las recomendaciones.
  • Puede medir, ajustar y optimizar cada parte del proceso.

Qué tiene que tener un buen onboarding digital

No alcanza con que sea rápido. Tiene que estar bien pensado. Estas son algunas cosas que marcan la diferencia:

Hablale como a una persona

No pongas “ingrese sus credenciales para validar el flujo de autenticación”. Decí “te vamos a pedir una selfie para verificar tu identidad”. Simple y claro.

No pidas más datos de los que necesitás

Cada dato que pedís frena el proceso. Si no lo vas a usar, no lo pidas. Menos fricción, más conversiones.

Mostrá cada paso del camino

Nadie quiere completar formularios eternos sin saber cuánto falta. Si el proceso tiene 4 pasos, mostralos. Y avisá si algo salió mal.

Mostrá bien claro cuánto va a pagar

Esto es clave. No solo el monto, sino la cuota final, el total financiado, el CFT. Mientras más claro seas, más confianza vas a generar.

Tené un canal de ayuda en tiempo real

No hace falta tener 100 personas en soporte, pero un bot o alguien en WhatsApp que conteste dudas básicas puede marcar la diferencia entre que alguien siga o abandone.

Conclusión: más que un trámite, una experiencia

Pedir un préstamo online ya no es una novedad. Es una necesidad. Pero hacerlo bien, con un proceso claro, rápido y que dé confianza, todavía no es tan común.

Ahí es donde una buena experiencia de onboarding digital se convierte en ventaja competitiva. Si alguien puede resolver un préstamo en 10 minutos y sentirse seguro, probablemente vuelva. Y lo recomiende.

Porque al final del día, no se trata solo de prestar plata, sino de construir confianza digital. Y eso empieza desde el primer clic.

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