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Qué es un Aval y Qué Tipos Existen

julio 04, 2022

Todos los negocios, ya sea por deudas, inversión u otro motivo, necesitan que una entidad externa les provea financiación. En muchos casos, se recurre a la financiación para iniciar el negocio, o para hacer crecer las operaciones, o quizá consolidar deudas. De todas maneras, es un recurso válido que puede ayudar en un momento determinado. En ocasiones, el principal escollo para acceder a este tipo de ayuda es el aval, dado que las entidades financieras lo incluyen como requisito excluyente, a modo de resguardar su inversión.

¿Qué es un aval? Es un contrato en el cual se establece el compromiso de cumplimiento de determinadas obligaciones ante un tercero. En términos llanos, alguien (una persona o una empresa) garantiza ante el acreedor (sea este un banco, otra empresa o algún otro) el cumplimiento de las obligaciones o deudas que el solicitante adquiera. Este compromiso se valida por un contrato escrito, e incluso, a fines de tener un mayor respaldo legal, se oficializa con un aval notarial.

Los actores que intervienen en un aval son:

  • Avalado: es quien toma el compromiso de cumplir con la obligación principal y quien contrata el aval (persona física, pyme, autónomo, etc.).
  • Avalista: organización, empresa u otra que respalda al avalado en el cumplimiento de sus obligaciones, garantizado y respondiendo por este en caso de incumplimiento ante el beneficiario.
  • Beneficiario: quien solicita el aval en primera instancia y es receptor del mismo.

Por último, tenemos que ver con qué tipos de avales podemos contar. El aval financiero suele ser el más conocido, dado que se necesita al momento de solicitar un crédito, siendo la forma en que el banco otorgante se garantiza recibir el pago. Suele utilizarse para resguardar obligaciones financieras frente a terceros. Dado que el aval funciona como garantía de cobro, su existencia repercute generalmente en mejores condiciones en el préstamo, como ser menores intereses o plazos de devolución más extensos. El aval técnico, en tanto, es el que garantiza el cumplimiento de compromisos contraídos no dinerarios. Suelen ser un requisito para licitaciones y concursos públicos, y también son habituales para respaldar la ejecución de obras o importaciones. Está diseñado para garantizar las obligaciones contractuales. Por último, el aval comercial se utiliza en distintas situaciones: avalar pagos rotativos (los utilizados para recibir suministros periódicos) o en compraventas (para asegurar el pago del monto acordado). Su aplicación es variada, pudiendo utilizarse en fraccionamiento de pagos, todo tipo de bienes o sumas entregadas de manera anticipada o pagos a cuenta.

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